Ley electoral
Durante estas semanas se ha anunciado el envío al congreso de unos de los proyectos más emblemáticos de los gobiernos de la concertación, este se trata de la reforma del sistema electoral vigente, es decir, el cambio del actual sistema binominal por uno más representativo de la sociedad chilena.
El sistemas actualmente imperante es un sistemas proporcional de listas, es decir, las dos listas más votadas eligen al candidato con mayores preferencias, debiendo la lista más votada doblar a la segunda para elegir a sus dos candidatos.
Los partidos de derecha nunca han dado el brazo a torcer para cambiar esta ley , puesto que bajo este sistema han logrado una representatividad mayor que la que le correspondería en el congreso a través del respaldo popular, sin embargo existen divergencias en la alianza respecto al tema, puesto que la UDI se ha mostrado reacia a cualquier cambio, sin embargo sectores mas liberales de RN incluso han compartido reuniones con personeros de la concertación y el partido comunista para buscarle una salida a este asunto.
Por otro lado, en la concertación existen al mismo tiempo divergencias sobre el tema, puesto que sectores de la DC nunca ha visto con buenos ojos el tener que negociar con sectores de la izquierda extraparlamentaria, ante lo cual muestran distancia de las conversaciones llevadas a cabo por sus socios de coalición.
Durante estas semanas se ha anunciado el envío al congreso de unos de los proyectos más emblemáticos de los gobiernos de la concertación, este se trata de la reforma del sistema electoral vigente, es decir, el cambio del actual sistema binominal por uno más representativo de la sociedad chilena.
El sistemas actualmente imperante es un sistemas proporcional de listas, es decir, las dos listas más votadas eligen al candidato con mayores preferencias, debiendo la lista más votada doblar a la segunda para elegir a sus dos candidatos.
Los partidos de derecha nunca han dado el brazo a torcer para cambiar esta ley , puesto que bajo este sistema han logrado una representatividad mayor que la que le correspondería en el congreso a través del respaldo popular, sin embargo existen divergencias en la alianza respecto al tema, puesto que la UDI se ha mostrado reacia a cualquier cambio, sin embargo sectores mas liberales de RN incluso han compartido reuniones con personeros de la concertación y el partido comunista para buscarle una salida a este asunto.
Por otro lado, en la concertación existen al mismo tiempo divergencias sobre el tema, puesto que sectores de la DC nunca ha visto con buenos ojos el tener que negociar con sectores de la izquierda extraparlamentaria, ante lo cual muestran distancia de las conversaciones llevadas a cabo por sus socios de coalición.
Pro y contras
A favor del sistema actual se señala que este le ha dado “estabilidad” política a nuestro país, lo cual redunda en crecimiento económico y “fortalecimiento” democrático, esto debido a que se evita que exista fraccionamiento de partidos y se vuelva a la antigua división imperante en la política chilena de los 1/3.
En contra se encuentra lógicamente la nula representatividad de fuerzas políticas menores, el emparejamiento de fuerzas disímiles (66% es igual a 34%) y el más importante, según muchos, la manipulación de las grandes coaliciones en la elección de nombres claves, ya que el escaño en el hemiciclo se encuentra asegurado de antemano, quitándole con esto pulcritud incluso a las elecciones internas de los partidos.
La iniciativa presentada actualmente considera entre los mas destacado la inscripción automática luego de cumplido la mayoría de edad y la creación de 20 nuevos escaños en la cámara de diputados, los cuales serán repartidos proporcionalmente entre los partidos que obtengan al menos el 5 % de los votos, esto le daría representatividad en el congreso a cerca de un 8% de la población que actualmente no cuentan con parlamentarios, es decir, a partidos como el comunista, los humanistas y a partidos regionalistas.
Cortina de humo para ocultar los problemas, entre ellos el transantiago, que tienen a la presidenta Bachelet en su nivel más bajo de popularidad o un tema que es necesario discutir y debatir con altura de miras por parte de nuestro parlamentarios para lograr una real democratización de nuestro sistema político, la pregunta queda planteada para comenzar un debate de cuales son los reales problemas de gente y como se les da solución a ellos, sin caer en populismos que generalmente terminan no entregando soluciones de fondo a estos.